19.8.07

Insomnio

Recién cuando la acompañé a Valen a la cama me dijo que es horrible tener pesadillas, pero que ella cree que no poder dormir en toda la noche debe ser una de las peores pesadillas.

Y entonces me acordé de la que -supongo yo- fue mi primer noche de insomnio:

Vivíamos en el departamento de la calle Tucumán, así que yo tenía entre 5 y 6 años, casi todo lo que recuerdo de mi vivir en ese departamento es horrible.
A mí se me movía un diente, no era el primero, sería el segundo. Y se me movía mucho mucho, ya estaba para caerse y por algún motivo yo tenía miedo de tragármelo.
Por dos cosas, por un lado porque me parecía tremendo tragarme mi propio diente, y por el otro... bueno, me iba a perder el premio!
Así que me fui a la cama, y estaba dale que te dale con la lengua, y no se me salía.
Mi abuela esa noche no estaba, tal vez habría ido a dormir a lo de mi tía, no se.
Y yo ahí en la oscuridad, con mi dilema del diente, y mi terror a tragármelo.

Recuerdo clarísimo que de repente empecé a ver luz a través de las rendijas de las persianas, y me asomé a mirar, con la ilusión de ver el sol, si ya era de día me podía levantar y solucionar el problema.
Pero no se veía EL sol, ya que era una ventana de esas que dan a un hueco interno de un edificio, así que todo lo que ví fue la pared de enfrente un poco mas clarita.

No sé cómo pasó. ME DORMÍ!!!!

Y si... cuando me levanté no tenía el diente!!! Y no lo encontraba por ningún lado.
Me acuerdo que saqué todas las sábanas, y revolví toda la habitación y no lo pude encontrar.

Cuando llegó mi abuela, me dijo que la espere, y se puso a buscar.
Y en un rinconcito, en la esquina donde se juntan los dos zócalos, ahí estaba.

Qué alivio!

No se si el ratón Perez fue generoso conmigo esa vez, pero creo que nunca quise más a mi abuela que ese día!

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Otra de ese departamento:

Estábamos sentados almorzando, estaban mis abuelos W, y no recuerdo si ya había nacido Ceci o no, pero era una ocasión de fiesta.

El living era chiquito y la silla de mi abuelo W estaba apoyada contra la puerta de entrada.
Era octubre del 76, mis viejos habían sido militantes de izquierda, mi mamá estaba embarazada o ya te digo, tal vez Ceci recién nacía.

Y en eso se escucha como alguien pone la llave en la puerta e intenta abrir.

Se produjo un silencio de muerte -literalmente- y mi abuelo preguntó "quien es?".
Nadie contestó, pero tampoco volvieron a intentar abrir.
Todos se miraban en silencio y nadie atinaba a nada.
Yo sentía como si mi abuelo W estuviera haciendo fuerza con la espalda contra la silla, como si eso ayudara que quien sea que estaba del otro lado entendiera que se había equivocado,
pero lo terrible era que nadie hizo "lo natural" que hubiese sido pararse, abrir, preguntar que pasa, y salir del malentendido.

Alguien dijo "debe haberse equivocado de piso" y seguimos comiendo.

Pero no como si nada.
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Y mi prima Laura venía a estudiar algo, matemáticas o física, y Rob la preparaba.
Los domingos daban El planeta de los simios.

Y ellos ponían eso en la tele.

AY!!!! QUE terror!!!
Me iba a mi habitación y cerraba la puerta, me escondía bajo las sábanas y trataba de ahcer algo que me permitiera olvidar que en la tele, justo del otro lado de la puerta, estaba "ESO".

No podía.

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Ya estaba Ceci en casa, era una bebé muy chiquita y mi mamá tuvo que bajar a comprar algo.
Ella dormía, y así supuestamente se iba a quedar.
A mí me habían dicho que no me agarre del borde del moisés porque podía tirar a la bb sin querer.
Mi mamá salió, y OBBBBBVIO a los 3 segundos mi hermana empezó a llorar.

Yo me subí a la cama grande y la miré y si, lloraba.

QUE hago?

No sabía qué hacer y mi mamá no volvía...

Así que abrí la puerta, crucé todo el pasillo hasta la puerta del otro departamento, siempre pensando que si se me cerraba mi puerta, me iba a quedar afuera yo!

Toqué el timbre, ladró un perro, y una señora preguntaba quien es quein es, a mí no me salía la voz, del susto que tenía, y la escuchaba llorar a Ceci.
No tengo la menor idea de lo que le dije pero la señora salió al palier, y como pude le dije lo que me pasaba.

Vino.

Justo cuando estábamos por entrar, llegó mi mamá.
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Por suerte nos fuimos de ese lugar, porque no recuerdo haberlo pasado tan mal NUNCA.

1 comentario:

Vivi Briongos dijo...

Uy, qué chucho todo!