Tormenta de sirenas...

Anoche hubo una tormenta fuerte. De esas con mucho ruido.
Ruido de viento, ruido de truenos, ruido de agua, ruido ruido ruido...

En un momento me desperté y en vez del canto de los pajaritos escuché un canto rarísimo: era el canto de sirenas y alarmas.
Sonaba igual que los pajaritos, desordenado, fuerte, vivo y con ganas. Todas las alarmas se habían puesto a sonar (supongo que algún efecto secundario de la lluvia y los truenos) y alguna que otra sirena de fondo también se escuchaba. Ululaban. (qué palabra tan linda! Cómo escribir algo sin decirla?)

De repente, como una mamá que quiere poner orden con los pichones, la sirena de los bomberos, fuerte, poderosa, haciendo temblar los vidrios de las ventanas se escuchó con toda su fuerza.

UUUUUUUUUUUUUUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAUUUUUUUUUUUUUUUUUU

De más está decir que los pichones hicieron lo que todos los pichones: siguieron con sus gritos de lo más contentos...