23.7.14

El crochet y yo

Desde que me acuerdo mi abuela Dora se la pasaba tejiendo. Tejía de todo, todo el tiempo, al crochet. Mantas, pantuflas, apoyapavas, carpetitas, agarraderas... cualquier cosa que no fuera ropa. No se por qué. Pero ropa no.
Más o menos a mis 8 años determinó que ya podía aprender y me enseñó. Recuerdo larguísimas cadenitas irregulares, y más que nada cierto fastidio porque no me salía con la habilidad que yo esperaba... parecía tan fácil cuando ella lo hacía! y no, no era. La típica escena era: ella sentada tejiendo a la siesta y yo charlandole... y ella hacía algo que yo hago a veces (y me da gracia). Yo hablaba y ella me miraba y de repente miraba el tejido, me volvía a mirar a mí y decía por lo bajo 6, 7, 8 y doble vareta (por ejemplo). qué???? nada nada... y seguía la conversa.
A los 22 me fui a vivir sola a Cordoba . Muy atrás habían quedado las largas cadenitas, hasta que un día no recuerdo ya por qué, decidí que quería volver a tejer. Compramos lanitas, agujas, revistas pertinentes y nos pusimos con las dos agujas Ceci y yo.
Yo me cansé rápido, si detestaba las cadenitas, mucho más detestaba las largas bufandas en santa clara que se me llenaban de agujeros (mi vieja era una genia "levantando" puntos, pero cuando perdías más de uno, era insalvable). Además ahí sí que no había piedad... la abuela decía "pero nena, esto no se puede seguir" y zac, te destejía todoooooooooooooooooo!!!!!!!! Horas de lucha contra el maldito punto que se salia de la aguja arrancados de un tirón!!!  Ceci persistió y se hizo de todo, chalecos, gorros, bufandas. Yo me cansé rapidito pero me acordé del crochet, que era lindo porque era más variado.
Ahí me puse. 

Eran épocas sin internet, yo quería tejer cuadrados y me salían triángulos. No lo podía entender. Así que, qué hacía? le mandaba a Ceci la muestra por correo y ella me mandaba de regreso la explicación de por qué me había salido triangulo en vez de cuadrado. En el mientras tanto, tejí un montón de círculos.
De eso hace ya unos 20 años.
En ese tiempo tengo mis idas y vueltas con el tejido... obviamente que me dan ganas en invierno, porque en verano quién quiere tejer? aunque sea con hilo? Así y todo en un época hice unos vestiditos hermosos con pechera de crochet y pollera de bambula. También hice mantas y qué se yo cuántas cosas más. AH!!!! carteras!!
De cada período, la o las amigas del momento se hacían acreedoras de alguna de las producciones de mi fiebre tejedora.

Estos períodos se alternan con períodos de costura, pero ese es otro cuento.

Ahora descubrí, gracias a Juli, los amigurumis, que son unos muñequitos adorables y preciosos, que llevan su trabajito y me encantan. Ahora sí hay internet y hay un montón de formas fáciles de entender por qué te sale ovalado y no esférico. Además, le dejás un mensaje a una perfecta desconocida en su blog y al toque te explica como se hace lo que vos querés hacer. 
Con dificultad o sin ella, tejer es una de las cosas más placenteras que hago. Me divierte, me relaja, me fascina ver cómo se genera "algo" desde un hilito y con mis manitas.

Estoy en mis primeros pasos de amigurumis, así que vayan preparando un lugarcito para el amigu que les toque...
7, 8, 9 y aumento 1, 2




3 comentarios:

Eve dijo...

Tu amiguis quiere un amigurumis de esos ! :D:D
Te quiero

Nancy dijo...

Caro, me senté al ladito de ustedes con tu abuela y después con la amiga tejedora y las otras. Gracias! A mí cada tanto me da esa fiebre, pero se me pasa taaaaaan rápido que por ahí andan unos cuantos redondos que quisieron ser cuadrados...
Alucino con tus amiguris!!! Voy a querer uno!!! Felicidades y felicitaciones porque de ese hilito y con tus manitas, hoy salió una historia que me regaló infancia y hermosos recuerdos.
Mil besos!

Anónimo dijo...

y te acordas de la aventura hippie de vender carteritas en las playas brasileras de Floripa???

Ceci