El crudo de "como me gustaría ser Kundera!"
1.30 AM, hace escasamente una hora que me dormí. Suena el
teléfono.
Atiende Marido y dice “si, si, yo le aviso, si si, hasta luego”.
No es el mejor de los comienzos para una noche.
Atiende Marido y dice “si, si, yo le aviso, si si, hasta luego”.
No es el mejor de los comienzos para una noche.
- Era tu viejo, dice que llamaron del geriátrico, tu mamá
está rígida, fría y no responde.
Me siento en la cama, no entiendo. Como veo que él se empieza a vestir, busco automáticamente la ropa que me saqué hace un rato y me empiezo a vestir. Me quedo sentada en la cama. El dice “vamos?” y yo pregunto: vos me estás diciendo que se murió mi mamá?. No se… tu papá debe saber lo mismo que nosotros, vamos?
Me siento en la cama, no entiendo. Como veo que él se empieza a vestir, busco automáticamente la ropa que me saqué hace un rato y me empiezo a vestir. Me quedo sentada en la cama. El dice “vamos?” y yo pregunto: vos me estás diciendo que se murió mi mamá?. No se… tu papá debe saber lo mismo que nosotros, vamos?
A qué viene esa urgencia? Me subo al auto, atino a “querés
que maneje yo?”, pero enfilo para el lado del acompañante. En las 10 cuadras hasta allá pienso con lo
poco que tengo de cerebro despierto qué me pasa a mí si Grace se murió? Naaaa,
Grace no se murió antes, no se va a morir ahora… Lo otro que pienso es no
quiero llegar primero no quiero llegar primero no quiero llegar primero. En la
puerta reluce el 3CV amariio patito de Papi. Groso! No soy la primera.
En la pequeña habitación está efectivamente Grace en la
cama, gruñe (buena señal, si gruñe, Grace es Grace y ahí está). Está Papi, un
Medico (de acá en mas llamado Batateitor), un pibe alto que después se que es
el Camillero, Papi, Marido y yo. Hago un
recuento. Genial, con tanta testosterona
junta, la mía que ya venía escasa baja estrepitosamente y paso a modo vaca. Y rubia para más datos-
Una vaca rubia…. Viste las vacas cuando miran pasar el tren?, bueno, eso.
En la habitación hay un clima tenso, Batateitor anota cosas,
el resto mira, Papi tiene una cara de “este pelotudo”, pero esa es su cara de
siempre, no tengo pistas. Me empiezan a hacer preguntas y dar indicaciones…
cuándo fue el by pass de Grace? cuánto toma de clonazepan? De qué es esta gasa?
Yo, en modo vaca, pregunto “alguien me puede decir que pasa?” Batateitor
me mira desde lo alto de su metro cuarenta pero todo médico hasta la última célula
y me dice “hay que pasarle un glucosado lala lalala lalala y en este lugar…”
sigue, no se qué dice. Papi me dice que la credencial de la obra social la
tiene Berta, y que él se la pidió pero no la tiene porque se olvidó.
Infiero porque nadie me lo explica: a) Grace tiene una hipoglucemia; b) al médico le cae mal el geriátrico porque tiene una escalera en U; c) hay que trasladar a Grace a algún lado pero nadie sabe dónde porque no tenemos el carnet de la obra social y c) el Camillero tiene unos ojos increíbles y es el único que está intentando darle de tomar algo a Grace mientras ella gruñe.
Yo-mujer, salgo de vaca entro en mí (Yo- mujer), mando
mensajito a Berta. Vuelvo a modo vaca.
Papi se pone muy nervioso, Batateitor decidió accionar algo
e intenta ponerle una inyección a Grace, no puede, las venas no se qué cosa,
Grace cada que la pinchan se mueve pa todos lados y Batata le dice “quietita mi
amor”. Yo digo Mami, te voy a dar gaseosa con una jeringa, tragala. Mami tiene
la boca cerrada a cal y canto, pero ya sabemos que Grace es así… le enchufo la
cosa esa en la boca y por dentro pienso tragá tragá tragá. Y a ella “mami,
tragá”.
Traga.
Obvio.
Ya son las 2.30 y Papi apura la cosa, para hacerla corta
decidimos ir al Pirovano que es el público más cerca, dado que la obra social
no responde.(hay una serie de comunicaciones entre todos los varones a este
respecto, cada uno pela handy, celular, medios varios de comunicación y hablan
a la vez con diferentes personas, intercambian tarjetas, credenciales y números
y finalmente: al Pirovano).
Hay otro personaje en la habitación: la compañera de cuarto de Grace, que se tapa la cara fingiendo que no está, que duerme y que no es con ella. Supongo que quiere que nadie la vea, a ver si todavía se la cargan en la ambulancia a ella también! Yo la miro y pienso que debe querer dormir. Yo quiero dormir! Cuando me voy la toco y le digo “perdón por el ruido” y ella baja la sábana y me sonríe. Al final, todos queremos que nos vean, pienso.
Batata pregunta “quien viene conmigo en la ambulancia” toda
la testosterona presente dice “yo voy en el auto” okey, la vaca a la
ambulancia. Al son de la sirena (vamos realmente rápido) Batata da rienda
suelta a su batatismo y me dice de todo sobre el estado de mi madre (que él
cree que es mi abuela), sobre el geriátrico, sobre lo mal que está la escalera,
sobre la chica que cuida a los viejitos de noche, y sobre un montón de cosas
más. Está enojado y espera que yo … qué? Es un momento de epifanía ( el primero
de esta larga noche) en el que doy gracias a todas mis terapeutas, astrólogas,
amigas, compañeras, maestras y brujas y solamente lo miro y no le contesto
nada. Así nomás. Nada de nada. Y no se crean que me siento algo por eso. No no.
No siento nada. Sólo miro si Grace respira y lo miro con cara de vaca. Elevo
una plegaria de les doy las muchas gracias de todo corazón a todas ellas y nada
más.
Llegamos. Esta vez sí soy primera. Y Batata frustrado me da
un montón de indicaciones en un minuto de las que deduzco que venimos al
hospital a pelearnos y que yo como ”familiar” soy la encargada de eso. Lo sigo
mansamente. La doctora me echa afuera
(obvio). Llegan Papi y Marido. Leeeesto, ya hay alguien más para pelearse si
hace falta.
La reviven a Grace. Tenía menos de 30 de glucemia. Y cuando
entro a verla me saluda radiante, “hola hijita”.
Son las 4.00 AM. Y empieza la amansadora.
Hay que ponerla en observación. En el Pirovano no tienen
cama. Ella tiene obra social. En la obra social no contestan. Despues contestan
pero no nos resuelven. Pasa el rato. Batata se quiere ir pero le tienen la
camilla de rehén. Llamados telefónicos.
La administrativa del Pirovano dice una cosa, Batata otra, Papi otra, Grace
quiere hacer pis. Hay que esperar.
Conversamos. Papi quiere saber si Batata tiene razón- Es tan
malo el geriátrico? Deberíamos cambiarla? Hay algo mejor? Yo-mujer, dice “esto funcionó perfecto, ella
se descompensó, ellos nos avisaron, no hay modo de que no se descompense, sí
hay modo de acudir cuando es necesario”. Papi todavía duda y entonces hay un
relato entre Marido y Yo-mujer de los
últimos cinco episodios del estilo que Papi no vio por una serie de razones y
que Yo- mujer y sobre todo Marido apechugaron en los últimos años. Parece que
se calma. Yo mujer más mujer y menos vaca que nunca determina: no es momento
ahora de decidir. Termina el tema.
Papi entra a ver qué pasa. Marido le saca conversación a Yo mujer/vaca sobre un libro que está leyendo. Yo-vaca lo mira con cara de “a vos te parece que con esta cara estoy en condiciones de hablar de Kundera?” Marido se ofrece a buscar café y vase por el pasillo.
Papi regresa diciendo que aún hay que esperar.
Despacho a Marido a dormir a casa. Batata despacha a
Camillero a dormir a la camioneta. Papi se va a buscar la credencial a la otra
parte del mundo, donde está Berta. Berta está en vela mandando mensajes y
tratando de dar una mano. (un día voy a
escribir todo sobre Berta en un solo libro, pero ya saben, aunque me encantaría
no soy Kundera)
Me voy afuera. Hace 11 grados. Estoy en modo vaca. Dormí una hora en las últimas 24. Y a las 9.30 tengo que atender a…tengo que atender!!!! Qué hago? Ni con toda la testosterona del mundo soy capaz de resolver qué hacer. Fumo un cigarrillo tras otro mientras espero. Qué esperaba? Ah si, el traslado, la derivación. Batata pobre ni siquiera tiene para sostenerse un miserable cigarrillo.
Yo no tengo ganas de fumar. Fumo para no dormirme. Solo
alguien muy fumador sabe lo que quiere
decir eso. No tengo nada que hacer. No puedo pensar. Tengo que esperar. Y
bueno… fumo.
Algo está grave en mí porque noto que Camillero duerme y
empiezo a pensar cómo será su vida de camillero? Está bueno el pibe. Como puedo
pensar que está bueno en este momento? (me reto) Qué tiene este momento?(me
pregunto) Por qué una no puede reconocer que alguien está bueno aunque sea camillero
y trate de dormir en una ambulancia mientras Grace hace pis en el pañal y todos
esperamos? (me justifico) Pienso muchas cosas más sobre el camillero y el estar
bueno.
Agarro el teléfono y decididamente redacto un mail a LG; LF; Sabri, turnos, Info. Ya decidí.
Ellas son… en este momento son mi todo: mis jefas, mis
amigas, mis secretarias, mis sostenedoras, mis brujas, mis directorias, mis
maestras, mis Very Important Person. Son
mis personas a las que sé que puedo acudir con cualquier situación. Son las
personas que quiero en mi vida. Dudo si
incluir a Marce en este mail, ya que es bastante administrativo… al final,
decido escribirle aparte.
Le mando otro mail a Marce: te voy a clavar el jueves.
Le mando otro mail a Marce: te voy a clavar el jueves.
Sigo esperando.
Son las 5 y media. Viene Batata y se redime. Así, frente a
mis ojos: “cuando vuelva su hermano con la credencial (no es mi hermano, es
Papi, pero Batata está más perdido que yo) voy a tratar de hablar con el sanatorio donde
yo trabajo, a ver si me la reciben ahí como un favor”. Pierdo unos minutos
explicando los parentescos, cosa que además estoy muy acostumbrada a hacer.
Pero Batata está de guardia hace 10 horas. No entiende y la verdad, no importa.
Me explica su plan, me pide mi teléfono prestado para llamar al sanatorio… que (no se rían) es el Sanatorio de la Providencia!!!! Llama, habla con algunas personas. Corta y me dice “listo, ahora le hago medir la glucemia y nos vamos” le digo que mi Papá aún no llega, está en Caballito. Me responde dígale a su hermano (y daaale Batata despertá!) que nos espere en la puerta. Al final, Batata y yo hacemos un buen equipo.
Me explica su plan, me pide mi teléfono prestado para llamar al sanatorio… que (no se rían) es el Sanatorio de la Providencia!!!! Llama, habla con algunas personas. Corta y me dice “listo, ahora le hago medir la glucemia y nos vamos” le digo que mi Papá aún no llega, está en Caballito. Me responde dígale a su hermano (y daaale Batata despertá!) que nos espere en la puerta. Al final, Batata y yo hacemos un buen equipo.
Otro paseo en ambulancia. Llamo a Papi/hermano y le explico
que él es un conocido de Batata y que nunca estuvimos en el Pirovano, que vamos
como quien recién sale de paseo y que le haga caso a Batata o nos dejan debajo
de un puente con Grace, camilla y oxígeno. Y sin Camillero. Lamentablemente.
Siendo las 5.30 AM Papi me dice que sí a cualquier cosa que
le diga. Llegamos. Todo otra vez. Mansamente detrás de Batata que –sintiendose
en casa- toma las riendas de la situación y en 5 minutos Mami está tapadita,
cambiada, con el suero conectado, le están por hacer electro y placa y le
cambian el pañal que tiene pis. La Providencia, una masa.
Sale Camillero y se despide con una sonrisa. Ya somos
compañeros de aventuras todos nosotros.
Papi le ofrece a Batata una propina (lo discutimos calladamente y acordamos que por las dudas le ofrecemos) y Batata le dice noseñorfaltabamas.
Papi le ofrece a Batata una propina (lo discutimos calladamente y acordamos que por las dudas le ofrecemos) y Batata le dice noseñorfaltabamas.
Sale la enfermera que nos dice que tenemos que esperar un
rato para tener “el laboratorio”. Grace ya en plenas facultades da órdenes:
vayan a dormir, no se queden, etc.
Conversamos. A esta altura es lo más parecido a dos borrachos: hablamos de Kristina, de la casa, de los trabajos, de los autos. Hablamos de cualquier cosa para no dormirnos. Hablamos de lo mismo de siempre Papi y yo. De nuestra vida. De las cosas que hacemos. De las cosas que pensamos. Nos decimos otra vez todo lo mismo con alguna variante. Pero nos sirve. Nos mantiene despiertos. Y cerca.
Conversamos. A esta altura es lo más parecido a dos borrachos: hablamos de Kristina, de la casa, de los trabajos, de los autos. Hablamos de cualquier cosa para no dormirnos. Hablamos de lo mismo de siempre Papi y yo. De nuestra vida. De las cosas que hacemos. De las cosas que pensamos. Nos decimos otra vez todo lo mismo con alguna variante. Pero nos sirve. Nos mantiene despiertos. Y cerca.
Son las 6:45 AM, tenemos frío, hambre y sueño. Buscamos un bar, Papi y yo, y nos sentamos a tomar un café. Rememoramos otros bares, otros cafeses, otras internaciones, otros pliegues de éstos en los que nos encontramos decidiendo o planeando sobre la vida de ella. De Mami. O de cualquiera de sus derivados. Mientras amanece en Buenos Aires, estamos a media cuadra de la Providencia, y tomamos nuestro café con leche con 3 mediaslunas.
A las 6:49 responde LG.
Se lo comento a Papi que sorprendido me dice que en su oficina no hay nadie hasta las 9.
A las 7.23 responde Marce, “ok diosa, después decime qué hacemos con la llave”
A las 7: 24, Sabri.
Ponemos monedas en el parking. Volvemos a la Providencia.
Hablamos con la enfermera, y le explicamos que tenemos sueño qué podemos hacer.
Nos dice “vayan, ahora están limpiando la habitación, nosotros la llevamos y
después va a estar ahí”. Grace dice “ya les dije que se vayan, yo en cuanto
dejen de pincharme voy a dormir”. Salimos. Nos vamos? En serio nos vamos? Lo
miro a Papi y reflexiono: a la larga el mundo funciona por la buena voluntad de
la gente que ama hacer su trabajo. Papi asiente y en silencio damos gracias.
A las 8:17, responde LF.
A las 8: 23 responde Info con un “ya les escribí a todas”.
A las 8: 23 responde Info con un “ya les escribí a todas”.
8.30 AM vamos en el auto (prueben a ir en un Citroen 3CV
amariio patito casi sin frenos, con Papi al volante tras 24 hs de no dormir y sabrán lo que es la
adrenalina). Una vez mas le hice el ole a la testosterona, dije mi “querés que
maneje yo” de compromiso y me senté del otro lado. Empiezo a hablar de cualquier cosa, hablo sin
parar para que él no se duerma. Suena mi teléfono, es Laura F, charlamos un
ratito. Yo agradezco. Agradezco. Agradezco.
Llegamos increíblemente enteros a casa, Marido pone la pava,
tomamos unos mates, le contamos la aventura. Le insistimos a Papi para que
duerma acá. No quiere. Se va.
A las 9.00 Mensajito de Caro. “lo que necesites”.
9: 30 logro acostarme a dormir. Me despierto al mediodía, mi alarma interna dice “las llaves!!!!” Recuerdo que Ile tiene algo organizado porque está de viaje. Exprimo mi cerebro, ahora es miércoles a pleno. Miércoles: Nati y Silvia. Le escribo a Nati. Me responde al toque. Le escribo, la llamo, me resuelve. Se le ocurre cómo resolver mi problema de las llaves.
Agradezco una vez más. Agradezco no ser “madre cacharrito” como dice Marce. Agradezco la potencia, la inteligencia. Agradezco la solidaridad y el “y si… cuando te aflojás te baja todo el cansancio”. Agradezco que exista Crianza, que exista el equipo, que Ile tuvo que viajar. Es otro momento de epifanía. Siento que si llamo a cualquiera y le pido que me ayude con la llave, me va a ayudar. Y me ayuda Nati. Y me escribe Sil.
Marido trabaja cerca de la Providencia (vos fijate lo que son las cosas), así que queda
encargado de llevar camisón, abrigo y dar una mirada a Grace en su observación.
Le digo “cuánto lamento no ser Kundera para escribir un libro sobre esta noche.
El mundo se va a ver privado de esa maravilla”. Me responde “no sos Kundera,
pero escribís lindo”
Y finalmente me vuelvo a dormir un ratito más hasta las 3.00
PM
Y para concluir. A
las 4.55 PM empiezo a escribir esta crónica y a las 6.00 PM me llama Lore. Hace
seis meses que no hablo con Lore. Y ella me dice antes de hola, sabes que vi?
Hay unas pulseras con un botón para los viejitos cuando tienen algún problema
el botón sirve para llamar a Emergencias… me río a carcajadas… le cuento breve
todo esto, me dice eso en mi idioma se llama Providencia y sabes que me
funciona. Y ya con lágrimas de risa en los ojos, le respondo que Mami está en
manos de la Providencia.
Justamente.
Justamente.