27.10.11

La tía Coca, la abuela Dora y la balada de Doña Rata

Fuimos a pasar unos días en la costa, y Diegote se volvió antes... Como había lugar en el auto me traje en el viaje de regreso a “la tía Coca”, que es una tía de él que vive y trabaja allá y como tenía que hacer no se qué cosa, me pidió “no me llevás nena?”… sí… claro… fue como volver a estar con mi abuela Dora…. La misma manera de contar 80 veces lo mismo, los mismos chismes de personas absolutamente desconocidas y el mismo dedito afirmativo en mi brazo, “noteparecenena??” DEJAME EL BRAZO CARAJOOOOOOOOOOOO!!!!!

Igual, cuando me dí cuenta de que mi abuela Dora había reencarnado en la tía Coca me morí de ternura (sobre todo porque no tengo que volver a verla hasta el aniversario de 50 de casados) y casi casi le pido que me recite la balada de Doña Rata… a cambio, ella solita por su cuenta me cantó todo un tema de Rosamel Araya y me hizo sanguchitos de milanesa y… obvio me peleó todo el viaje para pagarme los peajes y el gas.

La dejé en el peaje de Berazategui porque se negó de plano a que la acerque hasta la casa. “no nena, vos seguí que yo camino 6 cuadras y llego a lo de doña lalalalal y me arreglo” (ay! No saben lo poco acostumbrada que estoy yo a recibir estos tratos).

Cuánto más lo pienso, más tengo la sensación de que me pasé una tarde con la abuela Dora....aunque ahora agrego que estoy por hacerme fan de Rosamel Araya, les dejo la Balada de Doña Rata que mi abuela me decía antes de dormir...


La balada de Doña Rata

Doña Rata salió de paseo

por los prados que esmalta el estío;

son sus ojos tan viejos, tan viejos

que no puede encontrar el camino.

Demendóle a una flor de los campos:

-guíame hasta el lugar en que vivo.

Más la flor no podía guiarla

con los pies en la tierra cautivos.

Sola va por los campos, perdida;

ya la noche la envuelve en su frío,

ya se moja su traje de lana

con las gotas del fresco rocío.

A las ranas que halló en una charca

Doña Rata pregunta el camino,

mas las ranas no saben que exista

nada más que su canto y su limo.

A buscarla salieron los gnomos,

que los gnomos son buenos amigos.

En la mano luciérnagas llevan

para ver en la noche el camino.

Doña Rata regresa trotando

entre luces y barbas de lino.

¡Qué feliz dormirá cuando llegue

a las pajas doradas del nido!